El latín es una lengua originaria del Lacio, región donde nació la actual ciudad de Roma, capital del Imperio Romano. Aunque hoy en día es una lengua muerta, ya que no tiene hablantes nativos, el latín sigue siendo la lengua oficial del Estado del Vaticano y todavía lo utilizan profesores, estudiosos, curiosos y entusiastas de todo el mundo.
De hecho, es en el latín vulgar donde encontramos la base cultural, jurídica, filosófica y lingüística de gran parte de la civilización occidental. Lenguas como el italiano, el francés, el español, el rumano y, por supuesto, nuestro portugués, derivan del latín.
Por eso, aunque nunca hayas estudiado formalmente esta lengua, es posible que sepas más de latín de lo que crees. ¿Quieres intentarlo? ¡Haz nuestro test a continuación!
Quiz
Quiz :Latín vs. español: ¿diferentes, pero iguales?
Al tratarse de una evolución del latín vulgar, el portugués tiene varias similitudes con la lengua latina. Sin embargo, al ser una lengua viva que se adapta con el paso del tiempo, nuestro idioma se ha distanciado del latín a lo largo de los años. Algunas de las diferencias entre las dos lenguas son hoy muy significativas y hacen que el latín sea más fácil, pero al mismo tiempo más difícil de entender. ¿Confuso? ¡Te lo explicamos!

En lo que respecta al vocabulario, el español heredó gran parte del léxico latino. Por eso, incluso para aquellos que nunca han aprendido o estudiado latín, no es difícil reconocer el significado de algunas expresiones o incluso frases completas. Por ejemplo, «corpus» significa «cuerpo» y «bellus» significa «bello». Fácil, ¿no?
Sin embargo, cuando comparamos las dos lenguas, a veces encontramos algunos falsos cognados. Un ejemplo clásico es «camera», que no tiene nada que ver con la fotografía: esta palabra se traduce como «cuarto» en español.
Los antiguos romanos no necesitaban usar signos de puntuación y escribían sin espacios entre las palabras.
LVGETEOVENERESCVPIDINESQVE = Lamentaos, oh Venus
Una diferencia entre estas dos lenguas que puede incluso simplificar el aprendizaje del latín son los artículos: el latín no tiene artículos definidos/indefinidos. Con el paso del tiempo y la aparición del español, nuestra lengua desarrolló los artículos para añadir claridad.
En lo que respecta a la pronunciación, aunque el español y el italiano comparten ciertos rasgos fonológicos, el latín presenta características que lo distinguen claramente del español. Por ejemplo, la letra «c» en latín se pronuncia siempre como una «k», independientemente de la vocal que la siga. Así, Cicero se pronuncia «Kikero», a diferencia del español, donde la «c» ante «e» o «i» suele sonar como una «s».
Otra diferencia importante es el sonido de la «v». En el latín clásico, la «v» se pronunciaba como una «u», por lo que via se decía «uía». Esta pronunciación contrasta con el español, donde la «v» y la «b» se pronuncian de forma muy similar. Además, dependiendo de si se trata de latín clásico o eclesiástico, puede haber variaciones adicionales en la pronunciación, como el sonido «tche» o «tchi» para la combinación «ce» o «ci» en el latín eclesiástico, lo cual se aleja también del sistema fonológico español.
Desde el punto de vista gramatical, el latín se caracteriza por tener un orden de palabras mucho más flexible que el del español. En latín, el significado de una oración se determina principalmente por las terminaciones de las palabras, no por su posición en la frase. En cambio, en español, el orden de las palabras influye directamente en el sentido: por ejemplo, «José quiere a Ana» no significa lo mismo que «Ana quiere a José».
El latín cuenta con cinco declinaciones. Para identificar a qué declinación pertenece un sustantivo, es necesario conocer su forma en nominativo y genitivo. Además, es fundamental saber su género gramatical (femenino, masculino o neutro). En cada declinación, hay que aprender las distintas formas de los casos tanto en singular como en plural, ya que estas formas indican la función sintáctica de la palabra dentro de la oración (sujeto, objeto directo, complemento, etc.).
El declive del latín como lengua dominante en el mundo occidental no se produjo de la noche a la mañana, sino que fue perdiendo fuerza tras la caída del Imperio romano de Occidente en el año 476.
Las diferencias entre el latín y el español no se limitan a esto, pero con este pequeño resumen te puedes hacer una idea de lo que separa a ambas lenguas. Esperamos que esto no te haya desanimado a empezar (o continuar) a aprender este idioma. ¡Porque el latín es más que una lengua muerta: es una puerta para comprender la historia y el mundo occidental! 🏛️