El universo japonés está poblado por una vasta cantidad de kami, o espíritus, que pueden ser dioses, espíritus, o ancestros venerados. Así mismo, los festivales, rituales y ceremonias sintoístas a menudo rememoran antiguos mitos, manteniendo viva de esta manera una tradición que conecta el presente con un pasado mítico y sagrado.
La mitología japonesa es objeto de estudio de muchos académicos e investigadores interesados en su singularidad y contraste con Occidente. Esta mitología, como la mayoría, constituye las creencias y los valores de un pueblo, al mismo tiempo en que dista radicalmente de muchos aspectos y, principalmente, de la mirada occidental.
Este artículo argumentará que la mitología japonesa se distingue de otras por su origen, su estructura narrativa y en el papel de los espíritus y la naturaleza, brindando una visión única del mundo y de la espiritualidad. Pero no solo eso, expondrá a detalle las deidades que conforman este universo, así como sus similitudes con dioses de otras mitologías. Presta atención, ya que puede que no lo hayas visto en tus clases de español, pero es realmente interesate.
Mientras que las mitologías occidentales presentan narrativas lineales y una separación evidente entre lo divino y lo humano, la mitología japonesa integra estas esferas y enfatiza la armonía con la naturaleza.
Origen y desarrollo
La mitología japonesa se basa en textos antiguos como el Kojiki, Registro de asuntos antiguos, y el Nihon Shoki, Crónicas de Japón, escritos en el siglo VIII. Estos textos recopilan mitos y leyendas que explican la creación del universo, la genealogía de los dioses (kami) y la fundación de Japón. La religión nativa del Japón, el sintoísmo, es fundamental en esta mitología, con una fuerte conexión con la naturaleza y los espíritus.
El Kojiki: Registro de asuntos antiguos
El Kojiki (古事記), traducido como Registro de asuntos antiguos, es el libro más antiguo de la historia japonesa, compilado en el año 712 por el cortesano Ō no Yasumaro bajo la petición de la emperatriz Genmei. El texto está dividido en tres volúmenes e incluye a su vez relatos de los primeros emperadores de Japón.
Principales mitos y narrativas
- La creación del universo: El Kojiki describe la creación a través de los dioses primordiales Izanagi e Izanami, quienes, utilizando una lanza celestial, crean las islas de Japón.
- Nacimiento de los Kami: Los mitos incluyen el nacimiento de importantes deidades, como Amaterasu (la diosa del Sol), Tsukuyomi (el dios de la Luna) y Susanoo (el dios de las tormentas).
- Descenso celestial: Relata cómo el nieto de Amaterasu, Ninigi-no-Mikoto, desciende del cielo para gobernar Japón, estableciendo así la conexión divina de la línea imperial japonesa.
El Nihon Shoki: Crónicas de Japón
El Nihon Shoki (日本書紀), conocido como Nihongi, fue compilado en el año 720 bajo la supervisión del príncipe Toneri y otros estudiosos. Este textos es más extenso y detallado que el Kojiki y está escrito en un estilo más formal, utilizando el chino clásico. Se considera una obra oficial de la historia imperial y proporciona una cronología detallada de los eventos históricos y mitológicos desde los tiempos divinos hasta el siglo VIII.
Principales mitos y narrativas
- Cosmogonía: Similar al Kojiki, el Nihon Shoki narra la creación del mundo y la aparición de las deidades principales, aunque con algunas variaciones y detalles adicionales.
- Historias de los emperadores: Ofrece relatos más detallados de los primeros emperadores, incluyendo leyendas y hechos históricos, consolidando la divinidad del linaje imperial.
- Interacción con el exterior: Describe las interacciones diplomáticas y culturales con otras naciones, reflejando la apertura y adaptabilidad de Japón.
Las mitologías occidentales también tienen sus raíces en textos antiguos como la Teogonía de Hesíodo, en el caso de la mitología griega. Estas mitologías a menudo se centran en panteones de dioses antropomorfos y narran la creación del universo, las hazañas de los dioses y héroes, y explican fenómenos naturales y culturales.
Estructura narrativa y temáticas
La estructura japonesa se caracteriza por su estructura cíclica y su énfasis en la armonía y el equilibrio. Las historias a menudo no siguen una lógica lineal estricta, sino que exponen un flujo continuo de eventos. Los mitos japoneses tienden a integrar lo humano con lo divino, mostrando una interdependencia entre ambos mundos. Por ejemplo, el mito de Izanagi e Izanami, los dioses creadores, además de contar el surgimiento de Japón, también prueban la interacción continua entre los dioses y los humanos.
Sin embargo, las mitologías occidentales suelen tener estructuras narrativas más lineales, con relatos que progresan de un comienzo claro a un final definido. Los mitos romanos, por ejemplo, presentan relatos heroicos con conflictos y resoluciones dramáticas. La separación entre dioses y humanos es más pronunciada, y las historias a menudo se centran en las hazañas y defectos de los dioses y héroes.
Papel de los espíritus y la naturaleza
En la mitología japonesa, la naturaleza y los espíritus (kami) son elementos centrales. Los kami no son solo deidades mayores; también son espíritus que habitan en objetos naturales como árboles, ríos y montañas. Este animismo refleja una reverencia por la naturaleza y una creencia en la presencia divina en todos los aspectos de la vida. Los rituales sintoístas buscan mantener la armonía con los kami y la naturaleza, subrayando la importancia del respeto y la coexistencia.
No obstante, las mitologías occidentales tienden a centrarse en panteones de dioses antropomorfos que habitan en reinos celestiales separados del exterior. Aunque hay asociaciones con elementos naturales (como Poseidón con el mar o Deméter con la agricultura), el animismo no es tan prominente. La naturaleza se personifica menos y se ve más como un dominio que los dioses controlan o influyen desde su esfera divina (incluso a pesar de que el Yggdrasil, el Árbol de la vida en la mitología nórdica, sea tenga un papel protagónico).
Principales dioses de la mitología japonesa
Los mitos dan forma al núcleo del sintoísmo que, como lo hemos mencionado a lo largo de este artículo, es la religión nativa de Japón. En esta mitología, los kami desempeñan el mismo papel protagónico que los dioses de otros panteones. Si comparamos los dioses japoneses con los de otras mitologías, como la celta, la egipcia y la mesopotámica, podemos identificar similitudes fascinantes que comprueban cómo existen temas universales en la espiritualidad humana.
Amaterasu
Amaterasu Omikami es la diosa del sol y la deidad principal del sintoísmo. Se cree que la familia imperial japonesa desciende de ella, lo que legitima su autoridad divina. Amaterasu representa la luz y la vida, y es venerada por su poder para iluminar el mundo y nutrir la vida en la tierra.
Amaterasu comparte con Ra, el dios del sol egipcio, el rol de deidad social principal, siendo ambos considerados creadores y sustentadores de la vida.
Susanoo
Dios del mar y de las tormentas, hermano de Amaterasu. Conocido por su temperamento violento y destructivo, fue un héroe cultural, famoso por su victoria sobre la serpiente de ocho cabezas, Yamata no Orochi.
A menudo retratado como un dios de contrastes, capaz de grandes actos de destrucción y heroísmo, Susanoo nació del lavado de la nariz de Izanagi, al igual que sus hermanos Amaterasu y Tsukuyomi nacioneron de los ojos.
Manannán mac Lir de la mitología celta comparte con Susanoo el dominio sobre las aguas y el clima.

Tsukuyomi
Tsukuyomi no Mikoto es el dios de la luna, cuyo nombre significa "Luz de la luna". Es otro de los hermanos de Amaterasu, y representa la calma y la serenidad de la noche, en contraste con la brillantez del día personificada por Amaterasu.
A pesar de ser una figura menos prominente que sus hermanos, su papel como deidad lunar es vital en la cosmología japonesa. Tsukuyomi es responsable de la tranquilidad de la noche y el control de los ciclos lunares, aspectos cruciales en la vida diaria y agrícola de Japón, poder que también ejerce Sin, el dios mesopotámico de la luna, sobre el tiempo.
Inari
Inari es el dios de la fertilidad, el arroz, la agricultura y el comercio. A menudo representado como andrógino o con múltiples formas —hombre, mujer o zorro—, Inari es también un dios de los zorros —mensajeros y símbolos— y la prosperidad.
Inari es conocido por proteger los arrozales y asegurar buenas cosechas, lo que es esencial para la subsistencia y desarrollo de la comunidad. Este dios, como los anteriores, guarda sus similitudes con dioses de la mitología egipcia, celta y mesopotámica, siendo par de Osiris, de Dagda y de Enki, respectivamente.
Indiferente del lugar de origen, existen temas universales en la mitología, como la importancia del sol, la luna, las tormentas, el mar y la fertilidad. A pesar de las diferencias culturales, existe un entendimiento común de las fuerzas que moldean el mundo y la vida humana.
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