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¿Quién no ha visto y escuchado una batería? Aunque todos hayamos visto una y estemos familiarizados con su sonido, quizá no reparamos en su historia, sus partes, su importancia y su protagonismo tantas veces desapercibido. Para hablar de la batería podemos hablar de “simplificar” los sonidos, reunirlos y hacerlos uno ya que a lo que llamamos batería es en realidad el conjunto de instrumentos musicales de percusión. Podemos decir que la batería surgió hacia el año 1890 a partir de la necesidad de que una persona pudiera producir simultáneamente varias percusiones en un solo sistema. Así, dicho mecanismo se conformó en un primer momento con los siguientes instrumentos: los tambores, los timbales, los platillos y el bombo. Y de esta manera es que la unión de estos ritmos y sonidos dio origen a este descomunal instrumento que son en realidad muchos instrumentos.
Los instrumentos de percusión son considerados unos de los más antiguos en la historia de la música. Como podemos ver, en el caso de la batería, son varios los instrumentos que la componen y, a su vez, diversas sus procedencias. Por ejemplo, el tambor y el timbal son de origen africano y chino; los platillos, turco y chino, también; y el bombo es de origen europeo. En este sentido, la batería no es solo la reunión de distintos sonidos sino de distintas culturas y cargas simbólicas. Tiempo antes de la invención formal de la batería, en los grupos musicales cada persona se encargaba de interpretar cada uno de los instrumentos que hoy la conforman. Esto es, antes de la popularización de la unión de estas percusiones, se tocaban entre dos y cuatro personas.
Entre las muchas consecuencias del paso de la Primera Guerra Mundial, la clase burguesa ya no contaba con el presupuesto suficiente para contratar las habituales orquestas privadas, así que debió reducir el número de músicos. Esta situación obligó, sobre todo, a los percusionistas a interpretar todos estos instrumentos a la vez.
Los tambores que componen la batería están hechos, la mayoría de veces, de madera y cubiertos con dos parches plásticos o de un material que varía según la marca. Los tambores tienen dos parches: uno de golpeo y otro resonante. El papel del tambor es determinante ya que el tono y la profundidad depende de su tamaño, su diámetro; como también afecta la sensibilidad sobre el parche de resonancia.
En cuanto al bombo, el más común tiene un diámetro entre las 22 y 18 pulgadas; se toca con el pie por medio de un pedal con una maza. Sin embargo, el bombo tiene otros mecanismos de funcionamiento, puede ser accionado por un doble pedal; la segunda maza es activada con los dos pies por un sistema cardánico; también se puede con el talón o la punta de los pies. La “voz” del bombo es la más grave y potente con respecto a los demás instrumentos, por tal razón es la base de las composiciones.
La caja, o mejor conocida como redoblante, determina el compás y tiene un conjunto de alambres que cuando se pone en contacto con el parche de resonancia produce ese sonido particular que es similar a un zumbido. Como ya lo mencionamos, la batería también cuenta con los platillos o, según el caso, un cencerro, una pandereta o un bloque de madera. Entre los platillos encontramos: el platillo crash o remate que se utiliza para para enfatizar los pasajes; el platillo ride, el cual sustituye el ritmo; el platillo splash es un platillo pequeño, utilizado para efectos especiales en pasajes con poca intesidad;el platillo China que se utiliza también para efectos especiales y que se ubica al revés en la batería; el platillo bell es un platillo grueso usado para los “breaks”, su sonido es puro y es utilizado en baterías de géneros como el metal o el deathcore; el platillo crash ride; los hi-hats o contratiempos son dos platillos ubicados en un soporte con un pedal (uno se encuentra sobre otro y así se acciona el sonido); también podemos encontrar platillos cup chime y hasta gongs.
Los “toms” pueden ir sobre el bombo, los pedestales o los platillos. Los que son de base o de piso (conocidos también como “goliat” o “chancha”) tienen patas individuales o están anclados a un pedestal. Por último, lo único que nos falta mencionar son las baquetas sin las cuales no se podría accionar toda la magia de la batería. En algunos casos, como en el jazz, blues y el swing, no se toca con baquetas sino con escobillas que resultan ser mucho más suaves y melódicas. En este apartado no podríamos dejar atrás a los pedales: gracias a estos es posible tocar algunos platillos y el bombo. También existen los pedales de doble bombo; esto varía según el género que se toque y el gusto del baterista.
La batería es un instrumento magnífico, entre otras cosas, porque demanda una gran destreza y habilidad de quien la interpreta; habilidades motrices que necesitas para poder tocar: debes hacer algo distinto con cada mano y con cada pie, y a una intensidad diferente. Esto significa que debes hacer cuatro cosas muy distintas entre sí, pero todas a la vez.
Si tomáramos las mejores canciones exponentes de los mejores géneros con batería y prescindiéramos de la percusión, nada sería igual, ninguna de esas canciones sonaría tan bien. A veces no prestamos atención, pero al suprimir la batería, sería casi como quitarles los latidos a las piezas, a las canciones. Por ejemplo, en el caso de la música tradicional colombiana, de la música representativa de la costa Atlántica y de Barranquilla, veremos que géneros como el bullerengue, la cumbia, el jalao, la puya, el garabato, el cumbión, el chandé, el porro, el merecumbé, el vallenato y el pajarito no serían lo mismo sin la fuerza y el alma de la percusión. Así como en el jazz, en la música tropical la percusión es imprescindible e irremplazable.
Si te interesa la batería y vives en Barranquilla son referencia obligatoria estas cinco personas (tanto para ti como para los bateristas de diferentes generaciones): Guillermo Navas, Juancho Cuao, Plinio Córdoba, Wilson Viveros y Germán Chavarriaga. Estos cinco maestros son los máximos exponentes de la batería de porro, merecumbé y cumbia. Los mencionamos aquí no porque sean barranquilleros (Guillermo Navas es cartagenero, Juancho Cuao es samario, Plinio Córdoba es chocoano, Wilson Viveros es de Buenaventura y Germán Chavarriaga es bogotano), sino porque el joven y talentosísimo Pedro Ojeda, (baterista reconocido por participar en agrupaciones como CieloMama, Romperrayo, Ondatrópica, Chúpate el Dedo, Los Pirañas, Mucho Indio, Sidestepper, Malalma, Azul Trabuco, Tumbacate, La Mojarra Eléctrica, La Revuelta, La Tambora de Gilbert, entre otros), les rindió un merecido homenaje con un documental llamado “Los propios bateros”. La cinta fue estrenada en el Carnaval de las Artes de Barranquilla 2019. Ojeda “se encontró con los nombres de unos bateristas que se repetían en muchos de los discos de vinilo que se amontonan en cajas en las viejas disqueras que persisten en mantenerse abierta en ciudades como Bogotá o Barranquilla”.
Estos grandes bateristas recuerdan con mucho cariño haber pertenecido a las emblemáticas orquestas de Pacho Galán, Lucho Bermúdez, Marcos Gilkes, Ramón Ropaín, Los Ocho de Colombia, entre muchas otras. El documental surgió, precisamente, para rescatar los nombres y la historia de estos personajes que muchas veces han sido pasados por alto porque en aquel entonces no era usual que les dieran el crédito, ni eran identificados en los longplays. En esa medida, el objetivo de este hombre con su documental era rescatar un poco de la escena musical sesentera y ubicar allí a los maestros timbaleros. “Los propios bateros descubre su genio y figura. Difícil olvidarlos. Por ello, cada vez que suenen piezas como Carmen de Bolívar o la Pollera colorá, es seguro que identificáremos esos platillos, ese bongó, esa batería, y recordáremos a esos bateristas que en el siglo pasado fueron los mejores”, afirma Myriam Bautista en su nota periodística sobre este valioso documental de la música colombiana.
Por qué aprender un poco más sobre la batería, por qué intentar aprender a tocarla
En el caso de que seas aficionado y tu interés por tocar batería surja como una actividad de ocio, es posible aprender a través de las clases particulares a domicilio, como también puedes hacerlo a través de tutoriales o vídeos que están disponibles y de acceso gratuito en la internet. Si, por el contrario, quieres hacerlo o te encuentras tocando de manera profesional, también puedes practicar y mejorar tus habilidades si estás en el conservatorio o estás empeñado en ingresar. Del mismo modo, para aprender a dominar la percusión, no necesariamente debe hacerse con la batería tradicional, también es posible (incluso mucho más práctico) con una batería electrónica.
En las clases de batería comprenderás qué es lo más complejo de aprender a tocar, cómo empezar a hacerlo, sus beneficios, sus retos. Vale la pena aprender sin reparar en la edad o en que pueda ser muy difícil. Aprender a tocar percusión es muy provechoso: los tambores se encuentran en casi todos lo géneros, te permite progresar en tu coordinación y tus habilidades motrices, te permite tener más confianza sobre ti mismo, la batería permite la distensión mental y corporal, es muy divertida, además, es uno de los ejercicios más completos debido a que todo tu cuerpo está involucrado. Anímate y no saques más excusas para aprender ya.
Andrés
Profesor batería
Excelente metodología, mucha empatía con los niños. excelente persona.
Matias elias, hace 2 años
Wilson
Profesor batería
Es muy creativo y didáctico , se aprende facil y rápido ,100% recomendado
Lucy, hace 3 años